jueves, 29 de diciembre de 2011

El Derecho de Pernada

El derecho de pernada, o derecho de la primera noche (Ius primae noctis) es uno de los muchos “derechos” feudales de la Baja Edad Media. Éste permitía al señor feudal pasar la noche de bodas con la reciente mujer aún virgen de un siervo, pues este “derecho” se basa en el doble estado de poder del señor feudal, poder como señor y como hombre. Si bien no hay evidencias legales de que fuese una ley real, sin embargo se cree que tuvo que existir aunque fuese de forma oral, puesto que son muchas las obras que relatan ese abuso de poder, sin ir más lejos Fuenteovejuna, donde el Comendador quería ejercer este “derecho” sobre Laurencia. 


Es curioso que la iglesia lo haya permitido e incluso lo haya ejercido, porque en aquella época eran muy cristianos, y es que, en este aspecto, la Iglesia Católica se codea (¡ojo!, digo “se codea”) con su queridísimo hermano: el Islam, al mismo que pretende enseñar moralidad.

Pero más triste es aún que hasta hace poco, e incluso ahora, se siga ejerciendo semejante abuso en lugares como Latinoamérica o África: la misoginia y el caciquismo casi feudal antes legal que aún perduran, y no sólo en las literaturas, como Esteban Trueba de La casa de los espíritus que violó a algunas campesinas por el mero hecho de ser el “macho”. Por ello, dejando de lado lo literario y volviendo a lo real, en la España franquista, por ejemplo, si una mujer que iba vestida de modo provocativo era violada, podían retirarse los cargos contra el violador porque no era su culpa que la mujer fuera provocando, claro, ¡pobre hombre!.

Tristemente son cientos de mujeres que a día de hoy son violadas, mujeres que no se quejan, en algunos casos porque no pueden y en otros casos porque creen que no deben, pues se les ha enseñado erróneamente desde pequeñas que su única función en la vida es ser esposa y madre a cualquier precio, y que incluso deberían sentirse halagadas por ser elegidas por el “macho”. Y es que en esto, no nos diferenciamos tanto de los animales.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Los Caballos de Síbaris



La ciudad de Síbaris es una antigua colonia griega en Italia que debe su nombre de un mito griego, que en principio no tiene nada que ver con los sibaritas, sino con un monstruo llamado femenino llamado Síbaris, también conocida como Lamia, que habitaba en una montaña cercana. Aquel monstruo raptaba a los niños por la noche en venganza, ya que Hera había matado a su hijo. Los habitantes consultaron el Oráculo de Delfos para saber como librase de esta plaga. Apolo ordenó sacrificar a un joven, y el elegido por la "suerte" fue Alcioneo, famoso por su belleza.

Mientras iba de camino en una proceseción para ser entregado al monstruo Sibaris, apareció otro joven llamado Euribato, hijo de Eufemo, que quedó perdidamente enamorado de Alcioneo e intentó liberarlo a la fuerza. Al no poder liberarlo se ofreció para sustituirle en el sacrificio. Los sacerdotes, aceptaron y entonces Euribato se dirigió a la caverna. Llegado ante la cueva, entró valerosamente, y cogiendo a Síbaris, la arrastró hacia la luz del día y la lanzó fuertemente contra una roca. De aquella roca brotó una fuente que fue llamada Sibaris, y cuando los Locrios, pueblo al que pertenecía Euribato, fundaron una ciudad en esa zona, en honor a éste mito la llamaron Sibaris, que después fue famosa por su riqueza, refinamiento y vida sensual, a los que se hicieron llamar Sibaritas, de ahí que se relacione a los sibaritas con personas de buena vida.

¿Qué pintan los caballos? os preguntaréis confusos. Pues bien, lo de antes era la introducción, resulta que el pueblo de Síbaris no tenía necesidad de luchar contra ningún pueblo, ya que eran muy ricos, así que se dedicaron al arte, y a enriquecer su ciudad. Los espectáculos de los sibaritas eran hermosos y famosos en todo el mediterráneo, de hecho llegaron a enseñar a bailar los caballos al son de las flautas. 

Ahora bien, pasado un tiempo, cuando los romanos empezaron a expandirse, vieron un buen objetivo a Síbaris, una ciudad tan preocupada en el arte y la belleza que no tenía un ejército decente. Por ello, los romanos atacaron sin pensárselo, pero llevaron un ejército particular compuesto no sólo por soldados, sino también por músicos. Cuando se presentó la caballería de los sibaritas, los romanos dieron orden de tocar a los músicos y !los caballos se pusieron a bailar al son de la música¡, rompiendo la formación y dejando al ejército indefenso que fue rápidamente sometido por el ejército romano. 

Y ese fue el fin de la lujosa Síbaris



Moraleja: No te confíes, ni enseñes a bailar a tu caballo.


"Metamorfosis" - Antonino Liberal
"Diccionario de Mitología Griega y Romana" - Pierre Grimal

martes, 13 de diciembre de 2011

La historia de las palabras: Músculo

Muchas palabras castellanas vienen del latín, y algunas palabras han cambiado su significado, por lo que tienen orígenes curiosos, aunque algunas no sabremos nunca, pero por ahora comenzaré con el curioso origen de esta palabra, músculo, una palabra cotidiana que nunca pensarías que supusiese alguna dificultad. 

Músculo viene del latín musculum, formado por mus, muris que significa ratón, el ingles conserva esta raíz también, ratón se dice mouse, y de el sufijo latino -culum que forma el diminutivo,  por ello musculum significaba ratoncito, de hecho, el nombre científico del ratón común es mus musculus (ratón ratoncito)

Entonces, ¿qué fue lo que ocurrió? Probablemente algún romano vio que el movimiento de los bíceps se parecía el de un ratoncito correteando bajo la piel.


Bueno, puede que este ratoncito sea demasiado pequeño.

 ¿Por qué ocurren estos cambios de significados? No creo que nadie lo llegue a saber nunca.